El abanico: Historia y lenguaje

     El abanico, un complemento ideal tanto en verano como en invierno. Nunca pasa de moda y evoluciona con los tiempos, mostrándonos sus distintas formas, colores y dibujos. Lo podemos encontrar engalanados con plumas, también con telas que llevan impresa alguna imagen. El esqueleto del abanico era y es realizado en madera, hueso, nácar, etc,..., que a su vez puede estar decorado con piedras preciosas o con algún motivo pictórico e incluso podían no llevar ninguna decoración.

     Su origen se podría remontar dentro del encuadre de la Historia Antigua, en donde civilizaciones como la mesopotámica, egipcia, griega, romana o persa ya hacían uso de este elemento que, o bien era utilizado para airear al señor o señora de clase alta o también para espantar los insectos que pudieran haber alrededor. Otro uso era el de dar sombra al señor o señora e incluso para denotar que ostentaba un cargo de autoridad. Pero no sólo era utilizado en estos territorios, también nos lo podemos encontrar en el continente americano, concretamente en Latinoamerica. El cómo llegó a tantos lugares sólo tiene una lógica explicación, el comercio o los regalos (que también podrían ser expolios tras la conquista de un territorio).

    El documento que se posee para constatar los diferentes usos del abanico son las representaciones pictográficas o escultóricas que nos han ido dejando las distintas culturas a lo largo de la historia.También podemos encontrar información en documentos escritos, como por ejemplos en crónicas o inventarios del siglo XIV y siglo XV en adelante.

     Su empleo no entiende de género, lo usaban tanto hombres como mujeres. Aún así, el abanico comenzó a quedarse relegado al uso femenino, formaría parte de los complementos que llevaba una mujer. Es cierto que hay excepciones y que es un instrumento/complemento que puede ser usado por toda aquella persona que quiera hacerlo. Para algunas culturas eran símbolos de autoridad, de distinción social dependiendo de la calidad y de lo ornamentado que estuviese el abanico. Un individuo de clase baja nunca lo veremos con un abanico de plumas, detalle lógico.

     En un primer momento, estos abanicos no eran plegables y existían de diferentes tamaños, desde los más grandes que eran usados por los esclavos para darle aire al noble hasta los que eran "de mano". Del mismo modo, cada tipo de abanico tiene su correspondiente punto de origen. Para el abanico fijo, su punto de partida se encontraría en China, en cambio, para el abanico plegable lo encontraríamos en Japón.

     Sería a partir del siglo XVII cuando se generalizara el uso del abanico y con ello toda la maquinaria de un sutil lenguaje "secreto" empleado únicamente por las mujeres. En realidad, que fuese un lenguaje secreto y que lo utilizaran únicamente las mujeres no es exactamente cierto, pues este lenguaje estaba diseñado para hablar con alguien sin decir ninguna palabra, simplemente utilizando gestos delicados casi imperceptibles para las posibles personas que pudiera haber alrededor y que el hipotético emisor no quisiera que les llegase el mensaje a estos, solamente a su receptor. Igualmente, era un lenguaje empleado sobre todo por los enamorados, con el fin de que no fueran descubiertos o para decirse cosas que no podían ser dichas delante de otros individuos. Por ello, terminaría siendo un lenguaje que prácticamente todo el mundo conociese, el secretismo únicamente era efectivo dependiendo de la agilidad, disimulo y elegancia de la persona ejecutora, que como ya he referido en varias ocasiones, sería una mujer.
  Este lenguaje y su significado dependía del contexto histórico, pues como cualquier lengua, ha evolucionado con el tiempo. Además, a perdurado siglos, años y ha llegado hasta hoy en día. Aunque es cierto que ha caído en desuso, el halo de misterio que le envuelve ha hecho que todo el mundo, hombre o mujer (si bien es cierto que más en el ámbito femenino) quiera conocerlo.

   Aquí os dejo una lista de lo que podría ser este lenguaje, hay distintas variedades pero no son muy distintas, algunas se les añade otros gestos y en otras simplemente se les añade más significados.

Lista de gestos para el lenguaje del abanico:

- El abanico sobre el corazón: Has ganado mi amor
- Cerrararlo tocándose el ojo derecho: ¿Cuándo podre verte?
- El numero de varillas mostradas muestra la contestación a una pregunta numérica, por ejemplo ¿A qué hora?
- Semi abierto presionando los labios: Puedes besarme
- Cubrirse la oreja izquierda con el abanico semi abierto: No reveles nuestro secreto
- Hacer movimientos amenazadores con el abanico cerrado: No seas tan imprudente
- Las dos manos juntas sujetando el abanico abierto: Olvídame
- Esconder los ojos detrás del abanico abierto: Te quiero
- Deslizarlo por la mejilla: Te quiero
- Dejarlo deslizar sobre los ojos: Vete por favor
- Dejarlo deslizar sobre la frente: Has cambiado
- Sostenerlo sobre los ojos con la mano derecha: Sígueme
- Sostenerlo con la mano izquierda sobre los ojos: Busco conocimiento
- Cambiarlo a la mano derecha: Eres un osado
- Arrojarlo con la mano: Te odio
- Moverlo con la mano derecha: Quiero a otro
- Presentarlo cerrado: ¿Me quieres?
- Tocar el borde con el dedo: Quiero hablar contigo
- Apoyarlo sobre la mejilla derecha: Sí
- Apoyarlo sobre la mejilla izquierda: No
- Abrirlo y cerrarlo varias veces: Eres cruel
- Dejarlo colgando: Seguiremos siendo amigos
- Abanicarse despacio: Estoy casada
- Abanicarse deprisa: Estoy comprometida
- Abrirlo despacio: Espérame
- Abrirlo con la mano izquierda: Ven y habla conmigo
- Golpearlo cerrado sobre la mano izquierda: Escríbeme
- Semi cerrado en la derecha y sobre la izquierda: No puedo
- Abierto tapando la boca: Estoy sola
- Cerrar un abanico totalmente abierto lentamente: Prometo casarme contigo
- Situar el abanico detrás de la cabeza: No me olvides
- Situar el abanico detrás de la cabeza con el dedo extendido: Adiós
- Llevar el abanico abierto en la mano derecha: Eres demasiado ferviente
- Llevar el abanico abierto en la mano izquierda: Ven y me cuentas

Fuentes para esta entrada:  Todo Abanicos, Aldea Oculta de Bahía y El Rincón de la Novela Romántica