"Porque un todo está compuesto por varios unos"

Salvémoslo

Un animal de la noche, un animal de los bosques, de los campos, de la naturaleza. Desde siempre se le ha temido y se le ha perseguido. Es un ser de quien muchos se han lucrado y otros se han interesado. Con sólo nombrarlo un halo de misterio nos envuelve, con tan sólo imaginarlo podemos sentir como su presencia se impone a cualquier otra. Símbolo de libertad, de fuerza, de lucha, de miedo, pero ante todo, de respeto.

Leyendas y mitos cuentan un sin fin de trágicas historias, como un modo de advertir a los niños de lo que está bien y de lo que no, cuyo protagonista no es el niño o adulto de la historia, sino él. La literatura, también ha querido desde siempre tenerlo cerca, utilizarlo para darle mayor misticismo a sus fábulas o novelas. El cine, se ha aprovechado hasta la máxima gota de su imagen, de lo que hay entorno a él.

Animal vinculado con el mal, animal que ahora y siempre, ha sido mal juzgado.

El lobo es el animal por excelencia que más ha sido asociado con todas las facetas negativas de la vida. Ejemplos de ello tenemos varios, uno de ellos sería Caperucita Roja, una dulce niña que es engañada y atacada por un lobo. En cambio, novelas (o películas, que cada cual elija) como Crepúsculo han convertido al lobo en un ser deseado.

Dejándonos ya de clichés y cuentos, el lobo es un animal que hoy en día vuleve a la vida y al oído de todo el mundo por culpa de decisiones como las que han tomado en los Picos de Europa, en donde se le ha dado carta blanca a los ganaderos y quien quiera para matar a los lobos, incluso en época de cría.
Decisiones como esta son las que hacen que el mundo y los ciudadanos demos un paso atrás en la evolución. Volvemos a aquellos tiempo donde la gente se guiaba por el miedo y lo que veían o escuchaban, volvemos a esos tiempos donde la razón y el salvajismo crece, convirtiéndonos en seres irracionales carentes de humanidad.

Es cierto que los ganaderos deben proteger sus ganados, su dinero, pues es el medio de vida que poseen, pero no acosta de la vida de los lobos, cuyo único pecado es no poder defenderse con palabras y razonamiento. Estoy deacuerdo con que se establezcan medidas de precaución y de control para todo el mundo afectado por estos animales, pero la culpa no es de ellos, sino de esos grandes peces que han ido robándole territorio tanto a animales como por ejemplo el lobo, como al hombre o mujer que se gana con sus manos el pan de cada día. Esos grandes peces que quieren volver a esos años en donde el señor mandaba sobre el siervo. Esos grandes peces que están ahí mientras que otros se ensucian las manos mientras ellos quedan limpios de todo.

Hay que pensar en nosotros y en lo que nos rodea, pues tanto ellos (los animales) como nosotros (los humanos) podemos respetarnos.

No a la matanza indiscriminada hacia el lobo u otro animal que esté sufriendo lo mismo que ellos.

(Foto: Erwan Grey)
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