Ya llega el calorcito del verano y eso es algo que para algunos supone una alegría y para otros un infierno. Los primeros son felices porque ya las lluvias han cesado, el tiempo es más agradable y sobre todo porque se puede hacer más vida fuera de casa. Los segundos odian el calor, la arena de la playa, se agobian porque no paran de sudar y aunque estén contentos por poder pasear por las tardes mientras se comen un buen helado, no cambiarán de parecer, para estas personas el verano es horrible.
Por lo que a mi respecta, soy del
grupo que no odio el verano pero tampoco me gusta sentirme como si estuviese dentro de una sauna. No podría elegir una estación favorita, cada una
tiene una característica que hace que sea única. Por ejemplo, el
invierno para mí significa estar en casa con una mantita cerca de
las personas que quiero; el otoño, ver sus preciosos atardeceres
mientras te abrigas gustosamente con la rebeca que tuviste que
guardar porque comienza a hacer el fresquito que tanto
deseábamos en verano. Por su parte, la primavera significa que ya
hay más luz, amanece antes y anochece más tarde, por lo que estoy
más contenta por pasar más tiempo fuera de casa. Por último, el
verano, que te permite cenar con las ventanas abiertas, en la terraza
o al aire libre mientras se va marchando poco a poco la luz, dando la
bienvenida a un cielo estrellado.
Pues sí, me encanta todas las
estaciones. Y escribiendo sobre ellas me he dado cuenta que me he
desviado del tema principal, que no es otro que una nueva receta.
Esta receta tiene mucho que ver con el calorcito y el verano pero te
lo puedes tomar en cualquier estación y es tanto para desayunar como para merendar. Es
refrescante, saciante y saludable, ¿qué más queréis?. Es un
smoothie bowl, parecido a las gachas pero sin cereales o con menos
cantidad. Yo lo tomo casi todas las mañanas y gracias a ello siento
que desayuno en condiciones. Aquí os dejo la receta de unos de los
diferentes smoothie bowl que me preparo, si veo que tiene éxito iré
publicando algunos más.
Un smoothie bowl es lo mismo que el smoothie de toda la vida pero con la salvedad de que se toma en un bowl y es más espeso. También se diferencia del otro smoothie por la cantidad de verduras y frutas que lleva, pues debe llevar menos cantidad de la primera y más de la segunda, pero esto no debe ser siempre así ya que puedes hacer un smoothie bowl solamente de frutas sin añadir verduras. En realidad todo depende de lo que te guste y de lo que estés dispuesto/a a probar.
Algunas personas recomiendan que la fruta esté congelada para que la crema esté más espesa pero yo no lo hago y siempre me sale espesita, así que cada cual pruebe lo que quiera.
Es una receta ideal para cuando estás acalorado/a y no estás dispuesto/a a tomar cosas como un café caliente. Este smoothie bowl es fresquito, ligero y está buenísimo.
Me encantaría ver fotos de vuestros smoothie bowls y si tenéis alguna duda o simplemente queréis compartir algo conmigo referente a esta receta tan solo debes de dejarme un comentario en la cajita de abajo, te lo agradecería un montón. No te olvides de compartirlo en las redes sociales como Twitter e Instagram.
Nos vemos pronto.
Besotes.
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