Para quien vaya siguiendo mi blog sabrá
que intento ofrecer variedad y no centrarme solamente en publicar
recetas. Es por ello que esta semana trataré un tema que me produjo
curiosidad cuando me enteré que mi hermana estaba embarazada.
Ella no es vegetariana ni vegana pero
yo, que sí estoy en este mundillo, me picó la curiosidad por saber
qué opinión e información existe sobre esta cuestión. Pensaba que
me iba a encontrar con una gran cantidad de detractores y tal fue mi
sorpresa cuando no fue así.
Básicamente lo que hay que tener claro
es que, según los artículos y podcast que fui escuchando y también por la lógica que te da la experiencia
de bastantes años en estos mundos vegetiles, no son diferentes las
necesidades de una mujer vegetariana / vegana al resto de mujeres que
no siguen este estilo de vida. Todas pueden necesitar algún tipo de
complementación a lo a largo del embarazo. Además, no es
incompatible ser vegetariana o vegana y estar en estado, aunque es
cierto que existen muchos miedos y mitos entorno a este tema, los
cuales son fácilmente solventados si la mujer embarazada lleva una
alimentación correctamente planificada e indaga cómo poder hacerlo correctamente en el caso de que tenga alguna duda de ello.
Todo el mundo coincide en que la
mujer embarazada debe incrementar la ingesta de alimentos desde el inicio
del embarazo hasta la etapa de lactancia (estando está también incluida). En dicha dieta debe de existir una gran variedad de
alimentos que contengan un gran aporte nutritivo, deben ingerir Omega
3, B12, hierro y calcio (recordaré que en estos últimos su asimilación es
más lenta si se obtiene a partir de los vegetales). También deben reducir el consumo de cafeína y no tomar
alcohol y comer más frutas y verduras, vamos lo que se les dice a
todas, yo no veo nada diferente. Puede que la mujer vegetariana o vegana necesite algún
complemento alimenticio pero como ya he mencionado anteriormente, al
igual que se le recomienda a una mujer omnívora. Entonces, ¿por qué tanta polémica y miedo?.
A día de hoy muchos profesionales de
la salud continúan llevándose las manos a la cabeza cuando se enteran que sus
pacientes son vegetarianas o veganas, tanto si están como si no están embarazadas. Yo lo he vivido en primera
persona con el que era mi doctor de cabecera, cada vez que iba siempre me preguntaba el porqué no prefería un buen bocata de jamón serrano. Pienso que en el ámbito
de la salud hay un vacío en cuanto a formación y atención hacia un
sector de la población que no somos precisamente pocos.
Lo cierto es que se tiene razón cuando
se dice que existen todavía prejuicios sobre el vegetarianismo y el
veganismo, pues se sigue viendo como una alternativa carente de todo
aquello que nuestro cuerpo necesita para estar sano. La información
es poder, lo malo es cómo la utilicemos, así que antes de juzgar
hay que conocer y reflexionar.
¿Qué opinas sobre este tema?, ¿sabes
de alguna mujer embarazada que haya podido tener problemas por ser
vegetariana o vegana?. Me encantará leer vuestros comentarios,
recordad que también podéis compartir esta entrada en vuestras
redes sociales, os lo agradecería muchísimo.
Nos vemos pronto,
Besotes.
P.D.: Está semana he realizado una
colaboración en Youtube con mi amigo @randomspainvlog, hablamos
sobre bebidas funcionales así que si estáis interesad@s podéis
pasaros por su canal.
Fuentes:
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Muy interesante tu post. Pienso que aún hay un enorme desconocimiento referente al vegetarianismo y el veganismo, por ello esos mitos que se crean y sobre todo si se trata sobre el embarazo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, aún queda mucho para que los prejuicios (e intereses) desaparezcan.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. \(^0^)/